"Acaba de aterrizar el avión en Seattle, decido cojer un taxi para que me lleve al pueblo mas cercano y el taxista me dice que el pueblo se llama Forks y que es muy tranquilo y la gente muy amable.
Durante el camino a Forks el taxista me va preguntando cosas sobre mi vida y yo amable le respondo de buenas formas, aunque algunas de sus preguntas me incomodan.
Por fin llegamos al pueblo y me deja en un hotel muy acogedor..."